lunes, 6 de abril de 2009

Frías Cenizas Parte V

Una vez reunido en el comando, el soldado Kratcij fue interrogado y este contó lo ocurrido en la emboscada, como se había salvado y donde había pasado la noche, el interrogatorio terminó sin mas preguntas pero el alienado muchacho, les dijo que tenía un primo en edad de prestar servicio al ejército y que debían reclutarlo a la brevedad posible, les dio la dirección de la granja y las horas en las que Nikola estaba solo.
En dos días un comando especial, formado para reclutar jóvenes en edad o que por lo menos tuvieran el cuerpo de alguien de dieciocho o más, salió de la improvisada base en dirección a Prijedor, dos todoterreno y un camión, comandados por el Teniente Plamen Radmil, formaban el escuadrón de reclutamiento, al paso por las derruidas calles de la ciudad fueron secuestrando muchachos y subiéndolos sin mayor explicación al camión, algunos llegaban voluntariamente inflamados de propaganda y otros no oponían tanta resistencia, se les preguntaba el nombre, se les examinaba el físico y si tenían algo que los delatara como no serbios eran eliminados inmediatamente, así además de reclutar cumplían con la tarea de limpiar la ciudad.
Salieron de la ciudad y el comandante dio la orden que uno de los todoterreno y el camión regresaran al campamento y que como solo faltaba un muchacho que reclutar, el escuadrón dentro de su vehículo podría hacerse cargo, de inmediato el vehículo del comandante partió con rumbo a la granja de los Kratcij. “Si el maldito es como Alia Kratcij debe ser fuerte y ágil, tenemos que rodear la casa para no dejarlo escapar” rumoraba el teniente en la cabina del vehículo.

Darko estaba cerca de la ventana de la casa cuando vio venir el todoterreno, inmediatamente corrió a avisarle a su primo, quien se escondió debajo de unas tablas de la cocina. Dos soldados se bajaron del vehículo y de una patada tiraron la puerta, los otros cuatro rodearon la casa, Darko asustado salió a recibirlos, con gritos le preguntaron al muchacho por Nikola, con palabras entrecortadas y con el miedo a flor de piel, les dijo que no estaba que había salido en la mañana a Prijedor, por un momento los soldados pensaron que era posible que ya lo tuvieran en el campamento, pero por las dudas debían revisar la casa, Darko los seguía a todas partes y se asustaba de forma delatora cuando se acercaban a la cocina, abrieron los cuartos, los guardarropas y la alacena y no encontraron nada, salieron a decirle al teniente que no habían encontrado a Nikola, “cómo, ¿el maldito muchacho no está aquí?”, “así es señor, seguramente ya lo reclutamos en la ciudad”, “imposible, no está en la lista, busquen de nuevo ¡imbéciles pedazos de mierda!”, les dijo bajándose del vehículo y sumándose a la búsqueda, Darko lo miraba intrigado y temeroso, cuando lo vio acercarse corrió hacia dentro de la casa, el oficial intuyó que el muchacho sabía algo y decidió perseguirlo, lo arrastró hasta la cocina y empezó a hacerle preguntas, el muchacho con la garganta trabada del susto no lograba articular palabra, “¡eres imbécil, mudo o que diablos!” le gritó el oficial mientras le ponía la pistola en la frente, “vas a decirme donde está Nikola o te destapo el cerebro, pequeño gusano”, Nikola quien escuchaba todo desde su escondite en las tablas de la cocina, no pudo más al ver en peligro a Darko y salió de su guarida, el teniente llamó a sus soldados, quienes sin esperar la orden empezaron a golpear a Nikola, mientras el oficial le decía a Darko que le iba a enseñar a no burlarse de los oficiales de glorioso ejército federal.
Le arrancó la camisa y los pantalones, de un puntapié lo arrojó contra la pared, caminó hacia él abriéndose los botones de la fatiga camuflada, le tapó la boca con la mano izquierda mientras se desabrochaba el pantalón, Darko sintió como el desgraciado militar entraba en su cuerpo para arruinarle la vida para siempre, lo estaba violando con total impunidad, enfrente de su primo quien yacía atado en el piso de la cocina y de los seis soldados de la unidad a quienes parecía importarles muy poco lo que ocurría y se dedicaban a propinarle golpe tras golpe al pobre conscripto. Cuando el oficial se apartó de él, Darko cayó desmayado al piso, al verlo el oficial ordenó a uno de los soldados que lo llevara a un cuarto, el que fuera, mientras él se encargaba del nuevo recluta. El soldado tomó de los brazos a Darko, lo arrastró hasta el cuarto más próximo y a punta de cachetadas hizo que recuperara el sentido, le preguntó el nombre e inmediatamente se dio cuenta de que era el hermano menor de Alia, quien siempre lo mencionaba en las pláticas con sus compañeros como un niño bueno pero un poco retraído y que era el vivo reflejo de la mujer que fue más madre que su propia madre, la malograda Valentina Kratcij, un sentimiento de culpa invadió al joven militar, quien miraba como el cuerpo translúcido y tembloroso del muchacho estaba lleno de moretones a causa de los golpes del teniente Radmil, “le jodió la vida a este niño, es un maldito desgraciado” pensaba el soldado mientras encontraba la forma de cubrir el cuerpo de Darko, quien no paraba de llorar. El soldado salió del cuarto cuando escuchó los gritos burlones del teniente, “no te aproveches de que el gusano ese está inconsciente, date prisa tenemos un grupo de bestias que entrenar, ¡no se va a morir!”, esos gritos fueron lo último que escuchó Darko esa fatídica tarde.

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